jueves, 30 de diciembre de 2010

No pasa nada.

Es sólo una cuestión de supervivencia: si lo dejo ser libre acabará por no dejarme ser libre a mi.


Bueno, va, y parece que no pasa nada. Pero estamos siendo esclavizados por 4 tipos con pasta, al estilo de toda la vida, como lo hicieron los Reyes, Los Emperadores, los Señores Feudales, etc... en tiempos ya por fin remotos. Pero nada ha cambiado tampoco. El ser humano es un ser despiadado que sólo se doblega ante sí mismo, incapaz de obedecer ni a Dioses ni a criaturas de otro índole. Ni siquiera a la propia naturaleza. Algo le ciega, le impide oír, le calla.

Muchas veces me he asombrado de la polaridad de la sociedad humana. Ahora lo entiendo: o yo o nadie.

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